
Lectura bíblica: Lucas 2:29. Ahora Soberano Señor, despide a tu siervo en paz conforme a tu palabra.
Reflexión: “¡Ahora!” El ahora no lo podemos evitar. Es ese instante de tiempo que llega a nuestra vida y se va para dar lugar a otro “ahora”. Nuestro “Ahora” es activo y constante se renueva instantáneamente sin que lo despidamos… se va y aunque lo quisiéramos detener… no se queda.
Nuestro “ahora” le pertenece a Dios porque él es Soberano Señor. Él es quien da y quien quita. Sólo cuando nuestra relación con Él es la de ser sus siervos, estamos listos para aceptar que sus misterios obren en nuestros “ahoras”.
Entre quienes tuvieron que ver con los primeros días de Jesús en el mundo, Simeón es ejemplo del siervo que supo aceptar sus “ahoras” rindiéndose a la voluntad de su Soberano Señor. Sólo le reclamó para su “nuevo ahora” la paz que Dios le había prometido … es que para aceptar los “ahoras de Dios” en nuestra vida, necesitamos hacerlo en su paz.
Cuando Jesús nació los ángeles anunciaron: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz”. Es que con el niño del pesebre llegó al mundo la paz verdadera.
Jesús aceptó su “ahora” de dejar la gloria y aceptó su “ahora” de nacer en el pesebre, Porque había aceptado sus “ahoras” estuvo listo para aceptar el “ahora” de la cruz. Paradójicamente el niño de pesebre era el anunciado siervo sufriente, el varón de dolores, menospreciado, azotado, herido y abatido… pero el Príncipe de Paz. Y tú y yo… en nuestro ahora ¿tenemos su paz?
Oración: Dios mío, Soberano Señor, en “mi ahora” dame tu paz. Que el Príncipe de Paz sea real en mí “ahora” y siempre.
Devocional – En la Tierra Paz